
La verdad es que dudaba entre llamar a esta entrada, boda en la Casa de la Panadería o cómo no dejar de sonreír en una boda. Al final he optado por la primera, pero os aseguro que me quedo con ganas de la segunda!! Paula y Miguel no dejaron en ningún momento de hacerlo y yo tampoco, porque no hay nada más contagioso que la felicidad de una pareja que se ama de verdad.
Quizá tenga que remontarme a la primera reunión que tuve con ellos, pero es necesario para comprender cómo el verdadero amor es capaz de convertir sueños en realidades. Me explico, Paula embarazada y trabajando en Madrid, Miguel destinado en Tenerife. Situación complicada en cualquier relación y más si estás a punto de dar a luz. Ambos lo tenían claro, Paula dejaría su trabajo en Madrid con tal de estar cerca de Miguel, aunque eso suponía alejarse de la familia y Miguel solicitaría cambio de destino, con tal de que esto no fuera así y pudieran estar todos cerca. Al final, cuando deseas las cosas con fuerza éstas se cumplen y, tras una rocambolesca historia, Miguel ha terminado en Madrid!!
¿El día de la boda? Espectacular!! Difícil que no fuera así rodeándote de personas que transmiten tanta ilusión y felicidad. Empezamos en la Plaza Mayor, junto a la Casa de la Panadería, precioso lugar en el que se realizaría la ceremonia, disfrutando de familiares y amigos a la espera de la llegada de la novia. Paula no se hizo de rogar y vino dispuesta a dar el sí quiero, luciendo un espectacular ramo realizado por Flores en el Columpio. Fue muy especial, cercana, emotiva, en la que no faltaron muestras de cariño y complicidad entre los novios. Una vez finalizada, realizamos las fotos de pareja en El Pardo, donde pudimos disfrutar de la caída de la tarde antes de marcharnos a celebrarlo al restaurante El Filandón. Mil gracias por un día tan especial y que sigáis siempre con esa energía tan positiva!!
“Son tus ojos los que busco, son tus labios los que quiero ver sonreír”
– Violeta Parra –
Alberto Desna – Boda en la Casa de la Panadería
-
No me extraña que paula y miguel no dejaran de sonreír, si es que eres tú el que contagia de felicidad a las personas a las que fotografías y que a la vez nos contagia a los que entramos a tu web a ver tu trabajo. Un abrazo Alberto!
Andrés said: